Mucha luz y vistas directas a la Pedrera
Excepcional propiedad en una planta alta de una de las mejores fincas regias del Paseo de Gracia con vistas directas a la Pedrera. En la actualidad se utiliza como despacho, aunque está escriturada como vivienda y está pensada y distribuida para ese uso.
El piso se divide en dos zonas, la primera con orientación al Paseo de Gracia consta de un recibidor desde el que se accede a la cocina y a un majestuoso salón comedor con salida a un balcón corrido con orientación noreste. La zona posterior consta de 2 habitaciones dobles, ambas en suite con baño completo y un baño de cortesía.
El edificio data de 1885 y destaca la reforma integral a la que fue sometido a inicios de este siglo donde se mejoró sustancialmente su comportamiento térmico y acústico, con la sustitución de todos sus cerramientos exteriores por carpintería de aluminio lacado y vidrios con doble acristalamiento. Las divisiones interiores fueron dobladas y se introdujo una capa de aislamiento acústico en su interior. El edificio fue sometido a una reforma integral para la creación de pisos y oficinas de lujo en la mejor zona del centro de Barcelona.
La actuación exterior consistió en la rehabilitación completa de ambas fachadas y de su cubierta, reconstruyendo todos los detalles originales del edificio y restituyendo el estuco de cal original que reviste ambas fachadas. El hall de entrada y las zonas comunitarias también fueron restauradas con mármol y materiales de alta calidad y se sustituyó la cabina del ascensor por una nueva de acero inoxidable y vidrio. Las zancas de las escaleras se hicieron en acero con soporte individualizado de cada escalón de mármol.
Del interior destaca la tarima de madera de roble envejecido, y los revestimientos de los baños en travertino. La cocina es de alta gama, con electrodomésticos de bajo consumo y muebles integrados lacados en color blanco. La climatización consiste en un sistema oculto de conductos de aire acondicionado para el aire frío y caliente y un sistema de radiadores de agua caliente alimentados por una caldera de gas como calefacción.
El sistema de impulsión de aire acondicionado está completamente integrado en las cornisas de los techos, con difusores lineales que pasan prácticamente desapercibidos. Lo mismo sucede con el sistema de iluminación mediante focos enrasados con el falso techo con lámparas ocultas para evitar el deslumbre. La carpintería y los herrajes de las puertas destacan por su solidez y por las molduras que las decoran dando un aspecto clásico y robusto. Los zócalos en madera son más altos de lo habitual, siguiendo el detalle del contorno de las puertas y favoreciendo a la integridad del conjunto, con cierres herméticos y suaves a la vez.
La altura libre de la vivienda es muy superior a la media, aún tratándose de una planta alta. La sensación de espacio y amplitud es notable, especialmente en el salón principal en el que la entrada de luz y las extraordinarias librerías que decoran las paredes confieren un ambiente señorial y de estilo clásico a esta pieza inigualable.
Las habitaciones son de planta rectangular, con armarios empotrados y con acceso directo a sendos baños completos, uno con bañera y el otro con ducha. En esta parte posterior de la vivienda la fachada no es tan valiosa como la principal, como es lógico, pero la orientación Suroeste permite una gran entrada de luz a esta zona de la propiedad. En la actualidad una de las habitaciones se encuentra revestida con paneles de madera de Cuba y un impresionante tapiz, también destaca el acceso oculto al baño, con su puerta revestida como si fuese parte del panel descrito anteriormente. La otra habitación se encuentra actualmente amueblada con dos mesas de despacho y sin revestimiento en sus paredes. Ambas gozan de vistas al interior de la manzana.
Una gran oportunidad de vivir frente a una de las obras más características de Gaudí.
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